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Estimad@ kaiko,
Estando totalmente de acuerdo con su planteamiento, le indico que no está de más contestar a quien le interpele con "tienes que tener una mente más abierta!" con "o Usted debería tener menos tragaderas".
Un cordial saludo.
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REFLEXIÓN XI -SOBRE LA LOCALIZACIÓN DE REFERENTES-
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Re: REFLEXIÓN XI -SOBRE LA LOCALIZACIÓN DE REFERENTES-
Estimado Raus,Raus escribió:Totalmente de acuerdo con Poul Carbajal. Quisiera exponer mis propias reflexiones. Creo que la modernidad (y la posmodernidad) están excesivamente preocupadas por la cuestión del estilo personal del autor; es decir, la preocupación del artista de tener cuanto antes un sello o estilo propio, una serie de atributos reconocibles exclusivos y personales. Dicho de otra manera, gran parte de los artistas actuales pugnan por parecer originales, por parecer diferentes, de suerte que el espectador sepa de inmediato reconocer al autor de la obra. En mi opinión, esta tendencia ha generado una suerte de aberración que podríamos llamar originalismo. Rara es la ocasión en que no se dice de un autor vanguardista que es “original”.
A mí, la verdad, no me ha interesado mucho ser original. Lo que yo he querido es hacer bien las cosas. La originalidad que merece la pena es el resultado de muchos años de trabajo con los pinceles tratando de aprehender la belleza de la realidad del objeto pintado. La originalidad no es algo que haya que trabajar de ex profeso y voluntariamente. Lo que hay que trabajar es el dibujo, el color, la composición… pero no la originalidad. La razón de ello es clara para mí: esa jarra de cristal que tengo delante de mí (y ahora ya no sólo el pálido reflejo de su fotografía) contiene una belleza indescriptible, que es lo que yo debo apresar. Y, si lo consigo en alguna medida, parecerá mucho más satisfactorio a cualquier ojo que ningún narcisismo originalista. Es la realidad lo que hay que conquistar y dejarse de vanidades y demás excrecencias del ego.
Me resulta curioso comprobar cómo muchos autores, para conseguir ser fácilmente identificables por el público y la crítica (para que el espectador pueda decir “mira, es un X”), emplean recursos repetitivos ad nauseam. Por ejemplo, hacer siempre uso de una perspectiva cenital, pintar siempre los mismos objetos, las mismas temáticas, los mismos colores, etc. O, simplemente, juegan a ser estrambóticos o provocadores.
Obviamente, la originalidad es un rasgo apreciable en el artista, pero sólo cuando el sello personal es fruto de la larga experiencia y no contraviene la realidad de lo representado (cuando se respetan las leyes ópticas del objeto que se lleva al lienzo). La originalidad sin oficio es sólo una impostura más.
Cordiales saludos.
Tan sólo puedo decirle que estoy totalmente de acuerdo con Usted, no puedo añadir mucho más a su intervención.
Un cordial saludo.
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